lunes, 28 de septiembre de 2009

Un enfoque humanista en psicología.


Carl RogersInfluyente psicólogo en la historia estadounidense, quien junto a Abraham Maslow llegaría a fundar el enfoque humanista en psicología. Su método terapéutico, la terapia centrada en el cliente, o terapia no directiva, parte de la hipótesis central de que el individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensió n y para el cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento autodirigido (Pezzano, 2001). El terapeuta debe proporcionar un clima de actitudes psicológicas favorables para que el paciente pueda explotar dichos medios. Dos rasgos principales de la terapia centrada en el cliente son:

a.. La confianza radical en la persona del cliente (paciente).
b.. El rechazo al papel directivo del terapeuta.
Para Rogers el ser humano nace con una tendencia realizadora que, si la infancia no la estropea, puede dar como resultado una persona plena: abierta a nuevas experiencias, reflexiva, espontánea y que valora a otros y a sí mismo. La persona inadaptada tendría rasgos opuestos: cerrada, rígida y despreciativa de sí mismo y de los demás.

Rogers insiste en la importancia que tienen las actitudes y cualidades del terapeuta para el buen resultado de la terapia: las tres principales son la empatía, la autenticidad y la congruencia.

La diferencia con Maslow es que a su proceso de autorrealización lo considera constante y continuo.

Rogers sostiene que la crianza y sobre todo el papel de la madre es un factor básico para lograr una personalidad adulta.

De 1942 en su Counseling and Psychotherapy, funda las bases de su client-centered therapy o Terapia centrada en el cliente, piedra angular del movimiento de la Psicología Humanista (Pezzano, 2001). La Psicoterapia de Rogers se centra en la persona, que él llama cliente y no paciente, porque no es pasivo sino activo y responsable en el proceso de mejorar su vida, debiendo decidir conscientemente y racionalmente qué está mal y qué debe hacer al respecto. El terapeuta es como un confidente o consejero que escucha y alienta en un plano de igualdad, con una actitud comprensiva, entendiéndolo. A esta actitud que debe tener terapeuta la denomina "encuentro".

Fue partícipe y gestor instrumental en el desarrollo de la terapia no directiva, también conocida como Terapia centrada en el cliente, que renombró como Terapia centrada en la persona. Esta interesante teoría es conocida por sus siglas en inglés PCA "Person-Centered Approach" o enfoque centrado en la persona (Pezzano, 2001). Sus teorías abarcan no sólo las interacciones entre el terapeuta y el cliente, sino que también se aplican a todas las interrelaciones humanas. La terapia rogeriana contrasta con las perspectivas psicológicas freudianas y las sociales de Alfred Adler y de Albert Bandura, por el uso preferente de la empatía para lograr el proceso de comunicación entre el cliente y el terapeuta o, por extensión, entre un ser humano y otro.

ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA

Carl Roger dejó el papel de terapeuta frío y rígido del terapeuta pasivo y obtuvo grandes resultados, mediante esta práctica encontró actitudes que son necesarias para promover el desarrollo humano, estas son:

a.. La Congruencia hacia el otro: Esto se refiere a que la persona debe negar lo menos posible lo que esta experimentando al relacionarse con su cliente, es necesario que se de cuenta de lo que esta pasando en esa relación, no tomar una actitud defensiva, tratar de estar en contacto consigo mismo para poder expresarse cuando considere que es significativo para el trabajo que se esta haciendo o para su paciente. Roger proponía que esta actitud que tomara el profesional hacia su cliente, facilitaría su trabajo para que el paciente se diera cuenta también de su propia experiencia.
b.. Otra de las actitudes que propuso fue la Consideración Positiva: se refiere a despojarse de los juicios, considerando a las personas que irán aumentando con mayor conocimiento del otro, cuando el paciente logra captar esta aceptación, también es capaz de darse cuenta que se le tiene confianza y fe y así logra sentirse en libertad de ser lo que es.
c.. La última es la empatía: se habla de tener la capacidad de ponerse verdaderamente en el lugar de la otra persona, de visualizar al mundo como la otra persona realmente lo ve, sin perder la cualidad de uno mismo.
Estas actitudes tienen un doble objetivo, por un lado el de generar un ambiente promotor de crecimiento y por otro el de enseñarle al otro a ser así consigo mismo, es decir, a ser empático, aceptante y congruente consigo mismo. Si este aprendizaje se logra, va a poder fluir y desarrollarse mucho más; ya que la posibilidad que maneja Rogers es que nosotros nos hemos detenido en nuestro crecimiento porque hemos tenido que ser como no somos; hemos tenido que desviar nuestra tendencia natural a satisfacer nuestras necesidades hacia la complacencia y satisfacción de las necesidades de otros.


Framento de Teorías y Técnicas del HumanismoPor: Perla Anahí Bouret Andrade, Magaly Álvarez Rivera, Martha Mallely García Rodríguez, María Jose González González, Victoria Eunice Hernández Hernández, Anaereida Eduvigis Martínez Montoya, Martha Janet Meza Magallanes, Yali de Anahí Vargas Arreola.

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