martes, 23 de junio de 2009

Inteligencia Emocional en la Educación

Entrevista realizada a Carmen Boix.
Maestra con 30 años de experiencia docente, dos de ellos
como cooperante internacional en Guatemala y Nepal.
Master (universitario) en Neuropsicopedagogia.
Diplomada en Pedagogía Sistémica.
Formadora del Programa “Emocions i Desenvolupament
Personal” del Departamento de Educación de la
Generalitat de Cataluña.
Profesional de Constelaciones Familiares y Sistémicas y
Renacimiento en sesiones individuales y de grupo.


1.- ¿Cómo influyen las emociones en nuestro desarrollo personal?
Las emociones forman parte de nosotros, forman parte de nuestra realidad integral como personas. Nos influyen y participan en el proceso de nuestro desarrollo personal y digo participan porque para incidir en nuestro desarrollo personal, de un modo consciente, resulta importante, necesario y diría incluso imprescindible incidir en la gestión inteligente de nuestro propio universo emocional porque forma parte de nuestra realidad.
Olvidarnos durante este proceso de las emociones es olvidarnos de un elemento
que fundamenta nuestra realidad. Sería como si nos preguntáramos si la yema
influye en la creación del polluelo. Evidentemente que influye porque forma parte del polluelo, lo constituye como elemento esencial, al igual que las emociones a la
persona y por tanto a su desarrollo personal.
2.- ¿Qué papel juega actualmente la educación emocional en las escuelas?
A nivel general poco aún. Hay algunos centros donde empiezan a crearse
programas de educación emocional e incluso hay materiales editados para ello y
empieza a haber voluntad e interés.
Sin embargo lo más importante, a mi parecer, a fin de influir positivamente en la
educación emocional de una persona es el hecho de que la persona que imparte el
programa o que esté relacionándose con los alumnos tenga previamente una
buena educación emocional y goce de un buen nivel de inteligencia emocional.
La capacitación que más se necesita, a mi modo de ver, no es teórica sino
vivencial y experiencial. Necesitamos que nuestros maestros sean competentes
emocionalmente. Eso es mucho más importante, desde mi experiencia, que no
que se esté haciendo una asignatura de educación emocional.
Por ejemplo un elemento importante para la educación emocional del profesorado es la de educar su capacidad de responsabilidad de su propio mundo emocional.
Muy a menudo oímos profesorado que manifiesta que un alumno le ha hecho
enfadar o rabiar, es decir que se sienten víctimas de un alumno. Una persona
competente emocionalmente sabe que ella es la responsable de las emociones
que se le generan en sus relaciones con los demás y que para ser emocionalmente
competente es necesario que sepa vivir este tipo de situaciones responsabilizándose de sus propias emociones y no buscando culpables al
respecto, ya que esto genera climas emocionales difíciles y tóxicos. Que el
profesor sea capaz de gestionar con inteligencia emocional este tipo de situaciones es para mí mucho más importante (teniendo en cuenta la consecuencias que genera) que no que los alumnos estén haciendo tres fichas que hablen de emociones y estemos diciendo que tal escuela o la otra está haciendo un programa de educación emocional. Sin embargo esto aunque mucho más eficaz es mucho más difícil de implementar, y espero que poco a poco lo vayamos consiguiendo porque es muy importante.
Por supuesto que reflexionar es importante y teorizar también y que para ello
pueden servir actividades y fichas, pero creo que hay que potenciar mucho más el
buscar propiciar en el currículo oculto la educación emocional como un eje
transversal a todas las asignaturas a través de buscar propiciar la educación e
inteligencia emocional de los profesores y maestros.

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