
-"De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios -Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo."
A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir:
-"Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque solo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho".
Ahora que soy muy viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo dicho y lo hecho. Mi única oración es la siguiente:
-"Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo".
Leo Buscaglia.
Todo el mundo piensa en cambiar a la humanidad, casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo.Cada persona es dueña,responsable de su vida y si cambia lo harà cuando y como pueda.
Al cambiar uno mismo ya se està cambiando a la humanidad.
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